1. Remojar durante una noche los frijoles en abundante agua, dejarlos a temperatura ambiente tapados.
2. Descartar el agua donde se remojaron y poner a cocinar con agua fresca a fuego bajo, agregando sal sólo cuando ya casi estén cocidos, de lo contrario se dificulta su cocción.
3. Cuando los frijoles estén cocidos, volver un puré con la ayuda de un procesador o a mano con un prensapuré.
4. En un sartén sofreír la cebolla picada finamente en la mantequilla, cuando esté suave, agregar el ajo, saltear unos segundos y adicionar los frijoles.
5. Sofreír unos minutos e ir presionando con una espátula. En caso de estarse resecando agregar un poco de agua. Al obtener la textura cremosa, añadir sal y pimienta.
6. Retirar del fuego y usar en una amplia gama de recetas mexicanas.

Los clásicos frijoles refritos son hechos con frijol negro pequeño, pero los puede hacer con los frijoles que desee y que consiga en su ciudad.