Se usan plátanos topochos o hartones, que estén bien maduros. Se ponen a asar en lejía caliente (ceniza blanca) de un fogón por 10 minutos o se hierven en agua por 5 minutos. Se cuelgan a la intemperie. Cuando la cáscara esté completamente negra y seca, se ponen al sol varios días y están listos para comer. Es considerado un manjar especial por el llanero.
Tomado del libro Gran Cocina Colombiana, de Carlos Ordonez